FAROLES DE FUSIL
Aunque algunos de estos faroles se recogen en el apartado de "Uso General" y aún siendo raros, el haber hallado varios ejemplos hace pensar que fueron frecuentes en una determinada época. Su rareza radica en que poseen una pieza que iría por dentro del cañón, en contacto con lo que se denomina el alma del arma, algo que hoy sería una aberración.
FAROL ITALIANO DE FUSIL
LANTERNA DA CAMPAGNA PER TRUPPE A PIEDI
En esencia se trata de un farol de tela y alambre, inspirado en los orientales. Este tipo de luminarias se llaman lampion en Francia y fueron usados incluso en bicicletas.
Además de una chimenea plegable, tres flejes se encargan de hacer de guía y armazón a la parte del fuelle o soffietto.



Dichos flejes se fijan abajo con unos pequeños cerrojos. La chimenea se levanta para dar acceso al interior.

Dentro, un sencillo portavelas. El fuelle está constituido por tela cuya textura denota algún tipo de tratamiento, tal vez un encerado; el resto del farol es de madera e hierro.
Otra de las características de este tipo de faroles, común a muchas lámparas militares italianas, es el asa con ese curioso asta.
Los faroles de tela apenas daban luz, aunque posibilitaban las marchas
nocturnas y permitían tener señalizada la columna durante el recorrido.
Por otro lado eran ligeros y fáciles de transportar. Debían ser muy
baratos, puesto que están hechos sin esmero alguno.
FAROL PLEGABLE DE FUSIL
Dado que el farol apareció en Francia y que recuerda a las lámparas Monjardet, se pensó que podía ser francés. Sin embargo, suele ser relativamente frecuente en Italia, por lo que es probable que sea un modelo italiano.
Con un tamaño bastante mayor que una linterna Monjardet, se pliega de forma bastante similar y en el fondo lleva una pinza para sujetar la vela.
FAROL AUSTRO-HÚNGARO
El Imperio Austrohúngaro se extendió desde el año 1867 hasta el final de la Primera Guerra Mundial, en 1918.
En "La Revue D´Infanterie de 15 de enero de 1914, publicada por Gallica, se describe una linterna de campaña para el ejército Austro-Húngaro.
En chapa galvanizada, permanece encerrada en un estuche durante el transporte.
Dentro una candileja que podía utilizarse con aceite, petróleo o con una vela.
Para su uso con combustibles líquidos, se retira el porta-bujías y se enrosca a la base dispuesta para tal fin. La mecha queda libre para ser encendida.
La parte superior se abre para la limpieza.
El asa sirve para transportar o colgar la linterna y el asta para meterlo en el cañón del fúsil, de la forma descrita en otros modelos.
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